EL COLUMPIO SOCIOEMOCIONAL DE LAS ELECCIONES

El vaivén ideológico ¿Dónde quedó la Diosa de la Justicia, con los ojos vendados, la espada desenvainada y la balanza justiciera pandeada?

¿Pensamos en las elecciones y el primer cuestionamiento que nos viene a la mente es por quién votaran los demás? No nos preocupa el voto de aquel que ideológicamente se siente identificado con un partido, no por ideología sino como sobrevivencia y mantenimiento de sus necesidades, por demás básicas.

Aquel que tiene que elegir entre los frijoles y la tortilla sin chile, eso sí, en la cotidianeidad, PORQUE ES TODO LO QUE LE DARÁN, el que no entiende de macroeconomía y las necesidades básicas de salud, aquel que ve la vacuna de Covid-19 como la salvación mesiánica que le ha llegado, de no se dónde, pero que le salvará la vida, el que no sabe que la pensión a adultos mayores es un derecho humano y no una obligación de la comunidad gubernamental; el que no entiende porque se cayó el metro, pero perdió a un familiar; el que cree que no entiende la pandemia, pero esta frente a un ataúd llorando, los tan sobados y nunca aclarados muertos de Ayotzinapa; los feminicidios; la inseguridad y todas las armas afiladas y apuntadas al enemigo con un veneno mortal, el que tiene que defender sus usos y costumbres étnicas como una identidad cultural que debe ser respetada por la simple existencia de ella; el que en defensa de su reinado económico y cultural desea seguir teniendo la significancia y el poder económico y social porque siente que lo merece… Sí Señorrrrr, aquel cuya inclusión en un grupo vulnerable y minoritario siente que se le debe hacer el favor de incluirlo en el mundo político y social; el que no tiene otra opción más que seguir el flujo social determinado por las diferentes corrientes ideológicas, por no decir partidistas; porque le prometen el paraíso terrenal que llegará convertido en frustración y coraje “loaded and reloaded”. Sí Señorrrrr como un concierto de chapulines partidistas construidos a modo y deseo de la elite política e ideológica, en esta sociedad que siempre termina abortándolo, eso sí, por usos y costumbres culturales.

Aquellos que sienten que creen que las ideologías políticas de uno u otro partido lo beneficiarán en sus necesidades básicas sociales, económicas y de sobrevivencia. Parece que todos estos grupos no han entendido que son principios básicos, que toda ideología política, social o económica tiene la obligación de respetar y que forman parte de los tan trillados derechos humanos de todo ser, por el simple hecho de formar parte de un grupo social que se presume igualitario, justo e incluyente y defenderse en cualquier momento de la historia humana.

Debemos preocuparnos por los votantes que no saben para donde los mece la manos del muerto, los que no entienden de macroeconomía y creen entenderlo; los que no entienden de derechos humanos, mas que el suyo; los que por ¿edad?, ¿ignorancia?, ¿inmadurez?, ¿comodidad?, frustración?, ¿ceguera social apasionada?, ¿dolor propio o ajeno?, ¿poco empáticos con la comunidad, ¿nada resilientes? han decidido cambiar el rumbo de nuestro país sin saber ni cual directriz seguir, peor aún, ni la que rige el camino ideológico en la carta a los reyes magos de la ideología política.

 El voto indeciso de los que están contra todo lo establecido, sin saber qué es lo establecido, solo por rebeldía social. Los que se sienten abanderados de la justicia social y que pueden darnos toda una serie de hechos, socialmente aceptables, pero imposibles de cumplir en la realidad. Esos que sienten que están tocados por la iluminación divina, universal y única, y que son los necesarios en un cambio social dirigido o no y cuya piedra angular no descansa en una ideología política sino en un esquema de valores humanos que debería ser inherentes a toda condición social de un grupo. Esos que representan un voto de última hora que depende de la última percepción iluminada por un discurso escuchado de otro, casi siempre cuando están frente a la boleta que deberán marcar. Aquel que piensa que su voto no es necesario, porque no determinará el rumbo de las elecciones y opta por abstenerse.

Todos esos que se sienten como micro actores políticos, poco conscientes del mundo social en el que vivimos, pero muy conscientes de la defensa egocéntrica de su pensamiento mágico al que llaman “pensamiento ideológico” y que no son más que manipuladores manipulados por el deseo del otro, que podría ser otro manipulado por manipuladores, que por demás esta inconsciente… Una historia sin fin que condiciona y representa el mundo político que nos adviene invariablemente en el momento de las decisiones partidistas cargadas de fantasías inconmensurables, emociones rebosantes, percepciones distorsionadas, fantasías alucinatorias, deseos reprimidos, vacíos nunca entendidos, vacuidades imposibles de llenar, odios insostenibles, venganzas inentendibles, últimos suspiros antes de morir, deseos de una historia sin fin….

Es increíble que nuestras elecciones sean tan frágiles. como un columpio social, que mece el deseo de otro, que se acelera cada vez más, toma altura y velocidad, la mano que lo mueve lo sabe aunque los columpiados no, que pierde el control y solo hay que esperar que el niño salga volando en las alturas del ensueño fantásticamente esquizofrénicas y esquisofenizantes hacia las alturas galácticas… sin saber dónde caerá como asteroide predecible, pero incognito en su caída y localización atemporoespacial de la ideología…¡chinnnnn el niño sueño se dió en la madre!