Por un lado, tenemos que el 48% de los electores se decidieron quedar fuera de la vida política de nuestro país, apáticos, verborreícos y poco activos dentro de la realidad electoral de nuestro país. Poco ocupados de la realidad ideológica de nuestra sociedad. Víctimas de la polarización ideológico-política. Activos en el verbo, pasivos en la acción, preocupados no ocupados por actuar.
Justificaciones todas desde la realidad socioeconómica y cultural de nuestro país, donde tenemos un sinfín de pretextos para justificar la poca acción electoral de nuestra sociedad: distancia geográfica, poca accesibilidad al voto, miedo, coacción, ignorancia, indiferencia, hartes, desilusión, falta de consciencia de la realidad, ¿o mucha? Los factos de nuestra realidad electoral parecen decirnos que la polarización sobrepasa todas las otras variables en nuestro momento histórico social. Estrategia que rebasa el verbo y aniquila la acción.
Dicotomía conductual-emocional que refleja una realidad cultural de muchos de nuestros electores que prefieren hablar y quedarse sentados en el lecho de la comodidad y la indiferencia ideológica a actuar y hacer valer sus derechos inherentes de ejercer un voto, que, por demás, es el único modo de manifestarse. Donde quedan todas las rencillas sociales que leemos en el mundo digital de los Colectivos vulnerables, las feministas, los jóvenes , la inseguridad, nuestros muertos, las injusticias, los atropellos, de las rencillas emocionales y del atropellamiento de los derechos humanos que tanto vociferamos en las redes. ¿Dónde quedaron las filias y fobias ciudadanas? ¿Recostados en un lecho dominical indiferente? ¿Sentados en el palco de la indiferencia? Peor aún sin elementos que los movilizarán a manifestarse política e ideológicamente, o vencidos y conquistados de nuevo.
Estas elecciones las ganó la falta de compromiso entre nosotros y la poca consciencia de la realidad de nuestro país, cualquiera que sea.
La indiferencia protagonizó nuestro mundo ideológico. En las redes, las calles, las manifestaciones si, en las urnas no.
¿Fantasía o realidad?, ¿Ciencia o ficción?, ¿Verdad o mentira? No salimos a ejercer nuestro derecho básico al voto… ¿Conquistados o conquistadores ideológicos? O la misma historia que a muchos nos caracteriza, el verbo sobrepasa la acción.
¡MUCHO VERBO POCA ACCION ¡